Vivir equivocados.







Y un día por otro, cuando nos venimos a dar cuenta, hemos acumulado sobre una misma mesa las risas de diferentes días. Los restos de algunas preocupaciones de cierta mañana. Algunos garabatos de una tarde de lluvia. Una vela. Un cuaderno. Pequeños chocolates de menta. Y un vino que solo estaba allí porque hace un año también lo estuvo. Y sonríes ante la imagen. Y una mueca rompe tu cara. Porque una imagen dice más que mil palabras. Y miente más que dos mil. Porque nos comen las impresiones. Y cuando nos venimos a dar cuenta, hemos vuelto a fallar. Hemos vuelto a dejarnos llevar por un prejuicio que nos regalaron en algún momento. Hemos vuelto a tomar al tonto por listo. Y al listo por necio. Vivir equivocados es la cruz que arrastramos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Abismos

Retales